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Más vale tener Presente el Pasado que depender en el Presente del Pasado

Más vale tener Presente el Pasado que depender en el Presente del Pasado

Continuamente nos aferramos a la seguridad que creemos nos administra el pasado y el futuro, pero dejamos de ser conscientes que incluso el aquí y ahora, aún aparentemente se acerca más a la quietud, la realidad sustancial es que está en movimiento; es cómo si quisiéramos empujar arriba o abajo, parar el fluir del río, éste sabe hacia donde va. Esto no significa que nos fagocitemos al pasado, ni tampoco que nos encomendemos y que vayamos a la deriva del futuro, es estar sensible a cada momento.

Recordamos el detalle del pasado porque de alguna forma lo traemos al presente y el presente lo postergamos a futuro. La depresión se produce porque el pasado invade el espacio del presente, produciendo además estados de culpa. La culpa es un resentimiento acumulado que tratamos de alejar de nosotros y detrás de todo resentimiento hay una exigencia no reconocida, ni expresada.

Personas que viven en el pasado, lo identificamos en el lenguaje, ejemplo: “yo si era feliz cuando…”, de la misma manera que rememoran situaciones dificultosas, oportunidades perdidas, etc. Siguen sintiendo la pérdida sin haber hecho el duelo. “Para recuperar el camino perdido hay que recorrer el camino pasado”.

La ansiedad se produce porque el futuro invade el espacio del presente, produciendo miedos y dudas. El miedo y la duda van unidos, la duda es el aviso, a partir de aquí o se afronta o se retira. Nos pueden inmovilizar, paralizando las expectativas y bloqueando nuestras ilusiones.

Las personas que viven en el futuro, ejemplo: “yo seré feliz cuando…”, y de esta manera nunca se es feliz porque en el momento que alcancen el objetivo automáticamente se inventarán otro. Aparece el juego del “…y si…”. Y si me da un ataque de pánico, y si me sucede…

Todos/as tenemos necesidades profundas no resueltas. Deberíamos responder a las necesidades del momento y darles satisfacción. La persona ha de estar en su totalidad, aceptando el equilibrio entre las polaridades y aplicando según los contextos lo que nos sea más útil, en el aquí y ahora, sin estar sometidos al pasado y depender del futuro.

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